Por síndrome, estrés o depresión postvacacional, nos referimos a la ansiedad o presión emocional que sentimos al volver a la vida cotidiana tras un período vacacional. No es una enfermedad sino un proceso adaptativo que a algunas personas les resulta más o menos duro.
Quienes lo sufren:
Se da tanto en personas que tienen un empleo como en los que no. Los que peor lo llevan: aquellos que regresan a un entorno que viven como hostil, sin ilusión. El resto sufre en realidad el típico cuadro de fatiga propio de cambiar unos días sin apenas responsabilidades por el retorno a la realidad con obligaciones, responsabilidades, horarios establecidos, falta de tiempo y también la mala conciencia por los excesos cometidos. Cuanto más tiempo pasemos de vacaciones más dura será la vuelta. Y si has tenido unas vacaciones extraordinarias ¡enhorabuena! pero el readaptarte te costará más, aunque te compensará siempre.
¿Cuantos son los afectados?
Según el informe Randstad (muestra aleatoria de casi 1.000 personas por toda la geografía española) en 2011 los que regresaban al trabajo en España con normalidad eran el 39,3%, mientras que en el 2012 la cifra era del 53,3%. Es decir e relataba padecerlo en el 2011 el 60,7% y en el 2012 un 46,7% de la población encuestada. El síndrome tuvo una disminución de un 14% en un año.
Síntomas
No todos presentan los mismos síntomas ni estos afectan por igual, pero lo más comunes son: la desgana (42,33%), la tristeza (14,42%) y la apatía (10,70%).
Duración
Es variable, les dura: al menos una semana al 47% ; un día al 30% y 15 días al 16 %; a partir de las dos semana hay que buscar la ayuda de un profesional para superarlo.
Que es lo que más nos cuesta a los españoles
Madrugar, cumplir horarios, la rutina, la falta de tiempo, la reducción de horas de sol y bajada de temperaturas, volver a empezar, el trabajo acumulado.
A esto se suman las preocupaciones postvacacionales: no haber descansado suficiente, los kilos de más, no haberlas aprovechado mejor, los gastos realizados, las hipotecas y préstamos, la perdida de forma física.
El mejor antídoto
Lo encontramos en los que no lo padecen, el volver a la “rutina” para una gran mayoría no supone ningún trastorno ¿qué tienen de especial? pues sienten ilusión por lo que hacen, su actividad es gratificante, creativa, tienen retos, relaciones sociales satisfactorias y una actitud positiva ante la vida.
Prevención
Partir las vacaciones en, repartiéndolas a lo largo de todo el año.
Volver de las vacaciones dos o tres días antes de la incorporación al trabajo.
La reincorporación mejor poco a poco y a mediados de semana mejor que el lunes.
Remedios
Mantener algunas actividades que disfrutábamos en vacaciones.
Buscar nuevos retos, reinventarse.
Practicar deporte.
Buscar lo positivo ¡realmente tienes muchas cosas buenas!
Fijarse unos objetivos sencillos y alcanzables a corto plazo ¡lograr lo que te propones te da muchas satisfacciones!
Vida sana, duerme bien, reduce el consumo de cafeína, madruga paulatinamente para adaptarte al nuevo horario, no trasnoches.
Ten paciencia es pasajero y en poco tiempo estarás como nuevo y si no se pasa en 15 días puedes pedir ayuda a un profesional, para eso estamos los psicólogos.
Gracias por leer hasta aquí , si te parece bien da a me gusta y comparte.
Elena Huidobro, Mediación y Tú
Me ha interesado muchísimo y sobre todo viniendo de una magnífica profesional como Elena Huidobro. Gracias !